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Diseñado a principios de los años 30, el Fiat CR 32 estaba propulsado por un motor V de 12 cilindros que desarrollaba 600 CV. Pudo alcanzar, a su velocidad máxima, 375 km/h. Entre los biplanos más famosos de la historia de la aviación, el CR 32 se caracterizó por su extraordinaria maniobrabilidad. También era fuerte, muy confiable y bien armado para el período histórico, con dos ametralladoras Breda-Safat de 12,7 mm ubicadas en la parte superior del motor y disparando a través del disco de la hélice. El Fiat CR 32 tuvo su bautismo de fuego con las Fuerzas Aéreas Legionarias durante la Guerra Civil Española y pronto obtuvo la superioridad aérea frente a los cazas monoplanos de fabricación soviética, como el Polikarpov I-16, que formaban las Escuadrillas de la Aviación Republicana. Gracias a la extraordinaria movilidad y al entrenamiento de los pilotos, los cazas italianos se impusieron incluso a aviones enemigos más modernos, como el bombardero soviético Tupolev SB-2, considerado, gracias a su velocidad, imposible de ser interceptado.
- Tipo: Aviones de combate
- Periodo: Guerra Civil Española
- País: Italia
- HABILIDAD: 2
- Dimensiones del modelo: 10,3 cm.
- Dim. Caja: 290 x 190 x 45 mm
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Diseñado a principios de los años 30, el Fiat CR 32 estaba propulsado por un motor V de 12 cilindros que desarrollaba 600 CV. Pudo alcanzar, a su velocidad máxima, 375 km/h. Entre los biplanos más famosos de la historia de la aviación, el CR 32 se caracterizó por su extraordinaria maniobrabilidad. También era fuerte, muy confiable y bien armado para el período histórico, con dos ametralladoras Breda-Safat de 12,7 mm ubicadas en la parte superior del motor y disparando a través del disco de la hélice. El Fiat CR 32 tuvo su bautismo de fuego con las Fuerzas Aéreas Legionarias durante la Guerra Civil Española y pronto obtuvo la superioridad aérea frente a los cazas monoplanos de fabricación soviética, como el Polikarpov I-16, que formaban las Escuadrillas de la Aviación Republicana. Gracias a la extraordinaria movilidad y al entrenamiento de los pilotos, los cazas italianos se impusieron incluso a aviones enemigos más modernos, como el bombardero soviético Tupolev SB-2, considerado, gracias a su velocidad, imposible de ser interceptado.