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El Gneisenau entró en servicio el 21 de mayo de 1938. Junto al Scharnhorst, era el acorazado más grande y poderoso de la flota alemana de aquellos días. Se había anunciado que su desplazamiento era de 26.000 toneladas, pero en realidad, su desplazamiento estándar era de 31.800 toneladas. El armamento principal consistía en nueve cañones de 28 cm, que eran de menor calibre que los de los barcos de la misma clase que poseían otros países. El otro armamento, sin embargo, era bastante potente y constaba de doce cañones de 15 cm, catorce cañones AA de 10 cm, dieciséis ametralladoras AA de 37 mm, diez ametralladoras AA de 20 cm y seis tubos lanzatorpedos de 53 cm. Estaba protegido por una fuerte armadura y, a pesar de su gran desplazamiento, alcanzaba una velocidad de 32 nudos. Todos estos factores se combinaron para hacer del Gneisenau uno de los cruceros de batalla de alta velocidad de primer rango del mundo.